Naciendo al amor

Yo iba caminando, muy despacio
ella en la plaza, sentada en un banco.
Me siento a su lado, sonriéndole
me mira sonrojada ignorándome.

Le doy una flor y un bombón
los acepta con pura timidez
le hablo del amor prohibido
y de los sueños de mi niñez.

Me responde, con risa delicada
yo la miro y me río también
me cuenta de su vida pasada
y de los sueños de una mujer.

Ya tomando partido en la jugada
la tomo de la mano por cortesía
ella me brinda la suya decidida
a caminar juntos todo el día.

Recorrimos la Avenida San Martín
hasta que la noche nos descubrió
la despedí en la puerta de su casa
me beso en la mejilla y sonrió.

Al domingo siguiente salgo a buscarla
sentada en el banco de la misma plaza
me esperaba impacientemente
es que pensó en mí toda la semana.

Caminamos nuevamente en la tarde
por la avenida transitada, ya nombrada
me decidí y le confesé el amor que sentía
sin saber que de mí estaba enamorada.