Volando hacia los vientos

Volando hacia los vientos

lunes, 22 de marzo de 2010

El Decreto Final




Ya el juicio esta sentenciado.
Un Dios en su trono se ve enojado,
un diablo sonríe desde las tinieblas.
Los santos se lastiman,
los ángeles se enfrentan.
Cuatro caballeros con sus jinetes
inician una guerra sangrienta.
Llueve fuego en nuestra Tierra…
Todo… Todo se incendia…
La gente corre… La gente se desespera…
Y un niño sigue sentado en la vereda…
La gente grita…
Los religiosos se echan la culpa…
Y un supremo su sotana se quita.
Brujos que conjuran a sus enemigos,
todos se arrepienten de haber vivido.
Quedarán muchos…
Quedarán pocos…
Se desborda el mar…
Ya no se puede escapar…
Santificados lloran a gritos,
malintencionados se sienten arrepentidos.
Mucho ruido…
Nadie los puede escuchar.
Traiciones a voz recitada
enfrentamientos de reinos paganos
alianzas con un simple apretón de mano…
¡A todos han desheredado!
Qué esperanza queda.
Gente muerta en ignorancia
naturaleza envenenada de venganza.
En quién creer… En quién confiar…
Quién da la cara… Nadie se quiere animar…
Inmaduros que sólo se dedican a llorar…
¡Antes no pudieron pensar!
La gente sigue corriendo.
El niño aun sigue sentado.
Ángeles envueltos en mantos de piedad.
Arcángeles ensangrentados...
Y un diablo encarcelado…
Bestias que lo quieren rescatar…
Una dama hermosa
se desborda en lágrimas rojas…
Y ese niño que estaba sentado
le ofrece un pañuelo…
El ángel mensajero
escribe una nota en el cielo
“Cúbranse del bombardeo”
Suena una trompeta desde lejos…
Más jinetes… Más guerreros.
Hacía el edén
más bestias, más ángeles negros
al rescate de Lucifer.
Gritos apagados…
Congojas de suplicas
agonizan sobre la historia…
Gris… neblina gris.
Ruidos de metales producen eco.
Se decidirá el fin.
Una luz… Una luz en el firmamento
Otro ángel justiciero crea un camino
desde el cielo hasta el averno…
Hay quienes suben…
Hay quienes bajan…
Todo humano construyó su boleto.
Se firmó el mejor acuerdo…
“La tierra necesita nuevas mentes
no queremos egoístas estancados”
Acuerdo decretado.
El de las tinieblas será liberado
el del cielo lo estará vigilando.
Sólo pocos quedaran habitando,
reconstruyendo lo que han dañado.
Y ese niño que estaba sentado
que a la bella mujer ha consolado,
toma un libro sagrado
comienza a deshojarlo…
El niño sonríe... Sube volando
y escribe en el cielo…
“Hemos ganado”